La piel, el órgano del contacto, es el lugar de transmisión entre lo que lo que está dentro y lo que está fuera, el lugar del encuentro. La piel contiene la huella de la experiencia y es el primer lugar de la asimilación. Participar del toque amoroso, del toque que viene a cuidar lo que hay, con delicadeza y sutileza, permite que la relajación y la comprensión, disuelvan de forma orgánica los bloqueos, las tensiones, …